El síndrome del túnel carpiano (STC) es la neuropatía periférica que afecta a mayor número de personas a nivel mundial (1,2). Esta patología surge por la compresión del nervio mediano a su paso por el túnel del carpo, la cual supone una zona de conflicto debido a la gran cantidad de estructuras que atraviesan este espacio que cierra el ligamento anular del carpo. (1,3) Este atrapamiento produce los signos y síntomas característicos de esta patología, parestesia de predominio en la región tenar y los tres primeros dedos, afectando también a la fuerza muscular y, por tanto, a la funcionalidad de la mano en casos más extremos. (1)
Existe una importante prevalencia de este síndrome de manera bilateral, es decir, afectando a ambos miembros superiores y estando más presente en mujeres en edad post-menopaúsica. Además, aumenta el riesgo de padecerlo en personas cuya actividad laboral se base en movimientos repetitivos de la mano como administrativos, limpiadores, etc. Estos factores asocian esta afección con grandes costos socioeconómicos y, al mismo, tiempo producen que esté considerada como una enfermedad profesional. (1,2)
El tratamiento de esta patología siempre ha estado dividido en dos grandes vertientes, la opción conservadora y la quirúrgica. Desde el punto de vista conservador, el abordaje se basa en el uso de férulas nocturnas, técnicas de fisioterapia como electroterapia o masoterapia e infiltraciones. Por otro lado, la cirugía tiene como objetivo liberar la compresión del nervio mediante la escisión del ligamento anular del carpo, disminuyendo la presión interna y el rozamiento entre los componentes del túnel (tendones del músculo flexor común superficial de los dedos y flexor común profundo de los dedos, además del nervio mediano). (4)(5)
Con todo ello, se puede visualizar la importancia que supone lograr un tratamiento efectivo para el STC, que permita a los pacientes una evolución en la que se tengan en cuenta variables más allá del dolor, que permitan a la persona que lo padece poder recuperar una vida plenamente funcional tanto a nivel laborar como social.
Con el objetivo de encontrar una mayor efectividad dentro del tratamiento conservador desde la fisioterapia surge la idea de emplear la movilización neural, también conocida como neurodinamia, del nervio mediano con el objetivo de obtener un mejor trofismo, disminuyendo el dolor y mejorando la funcionalidad de la región inervada por esta raíz nerviosa.
Esta técnica terapéutica ya ha arrojado efectos positivos en otras neuropatías compresivas por lo que se erige como una opción a valorar dentro del tratamiento. Existen estudios en lo que se incluye estás técnicas dentro de la terapia manual, obteniéndose mejores resultados en la velocidad de conducción a nivel motor y sensitivo, al mismo tiempo que presentan mejor efecto en variables como el dolor y la mejora de la funcionalidad. (6)
El tratamiento conservador se plantea principalmente para casos de STC leve o moderados, ya que para casos clasificados dentro de un grupo de mayor gravedad se elige de manera casi unánime la cirugía. (1) De este modo, la mayor parte de estudios publicados que tratan sobre la efectividad de esta opción terapéutica se realizan en pacientes cuya patología se agrupa dentro de estos grupos (leve y moderado).
Las investigaciones realizadas y las revisiones publicadas concluyen que la neurodinamia ha de ser una técnica a tener en cuenta e incluir dentro del tratamiento conservador en pacientes con STC leve o moderado. Esto se basa en los resultados obtenidos, los cuales muestran que al aplicar las movilizaciones neurales los pacientes mejoran las medidas en gran número de variables como dolor, rango de movimiento o funcionalidad. (2,3)
Otro aspecto destacable obtenido al evaluar este abordaje es la aceleración del proceso de recuperación del paciente y evitando la progresión degenerativa del nervio, por lo que colabora a la hora de una mejor evolución del síndrome, logrando que este no avance y deba concluir en una opción quirúrgica ante el mal resultado que presenta el paciente ante un tratamiento conservador. (2)
Sin embargo, existe una variable en la que la aplicación de la neurodinamia presenta unos resultados realmente “interesantes” y que se presenta como un nicho de estudio en el que estas técnicas pueden marcar un punto de inflexión dentro del tratamiento. Estudios como el de Juniad, M et al. muestran como la evolución que experimentan respecto a la fuerza muscular los individuos, cuyo abordaje ha incluido la movilización neural, en comparación con aquellos que son tratados con un tratamiento convencional es más positiva, obteniendo mejores resultados a la hora de la medición de esta variable. (3)
Es necesario seguir profundizando en la efectividad de estas técnicas mediante más estudios que evalúen estos abordajes y que puedan suponer una reducción de las cirugías dentro de este síndrome, optando en mayor número de casos por tratamientos más conservadores, donde la fisioterapia debe ser una de las grandes protagonistas.
Pablo Rodríguez del Pino
Fisioterapeuta y Miembro del Grupo de Investigación en Dolor Musculoesquelético y Control Motor de la Universidad Europea

