El cáncer de cuello uterino también conocido como cáncer cervical es uno de los tipos de cáncer más comunes a nivel mundial. La relación entre el Virus del Papiloma Humano (VPH) y el cáncer de cuello uterino está muy documentada. Pese a no ser esta la única causa que lo desencadena es una de las más importantes. Para ello, resulta indispensable la prevención, mediante vacunación y mediante cribados, con el objetivo de identificar posibles lesiones y evitar al máximo la evolución a un proceso oncológico.
Por otro lado, el tratamiento para el cáncer uterino se basa en cirugía, como, por ejemplo, histerectomía, como tratamiento mediante radioterapia. Este último suele dañar tejidos musculares y nerviosos, cuyas principales funciones se ven afectadas debido a la reducción en la elasticidad y la presencia de fibrosis. Tras los tratamientos, la función de sujeción puede deberse afectada debido a la disminución del tono de la musculatura y consecuentemente este puede contribuir a la aparición de prolapso de órganos pélvicos. Otras posibles patologías asociadas son la incontinencia urinaria y la fecal, así como el dolor durante las relaciones sexuales.
En muchas ocasiones, las mujeres acuden a consulta ya que las consecuencias a nivel de suelo pélvico, impactan negativamente en su vida, reduciendo su calidad de vida y su bienestar psicológico. La dispareunia, también conocido como dolor en las relaciones sexuales, aparece debido a una disminución en la elasticidad, disminución en la lubricación vaginal y aumento del tono muscular. Además, el canal vaginal, se vuelve más rígido, menos flexible, provocando así, dolor en las relaciones sexuales e incluso incapacidad de penetración. Esto último recibe el nombre de estenosis vaginal.
Desde la fisioterapia de suelo pélvico, pueden tratarse las secuelas que aparecen, mejorando la calidad de vida y sexual de las mujeres. Se recomienda una intervención temprana para minimizar al máximo las consecuencias y conseguir los objetivos con mayor rapidez.
Entre los posibles tratamientos, encontramos el masaje oncológico, el drenaje linfático manual intracavitario, el uso de dilatadores vaginales y uso de vibradores, entre otros.
Isabel Mínguez Esteban
Fisioterapeuta y Miembro del Grupo de Investigación @terapiamanualue

