En muchas ocasiones, cuando abordamos al paciente que llega a consulta con dolor, de la etiología que sea, dentro de la anamnesis que realizamos, nos olvidamos o no le presentamos la importancia que tiene a cómo la sintomatología puede estar afectando a su esfera sexual.
La escasa educación sexual que hemos recibido, por normal general, toda la sociedad ha hecho que hablar de salud sexual, de placer y de cómo estos aspectos pueden estar afectados por la presencia de dolor agudo o crónico sea un tabú. Todo ello podrá influir en que el dolor se perpetue.
Una de las situaciones más frecuentes que nos podemos encontrar es la dispareunia, es decir, aquella sensación dolorosa que ocurre antes, durante y/o después del encuentro sexual y que puede ir o no asociado a la penetración. Esta, tiene una mayor prevalencia en pacientes que presentan dolor lumbar o dolor pélvico crónico. A su vez, este tipo de dolor puede estar perpetuado por la presencia de diferentes patologías como endometriosis, adherencias abdominales, síndrome de vejiga dolorosa o cistitis intersticial, entre otros.
Del mismo modo, nos podemos encontrar otro tipo de situaciones que muchas veces pasan a un segundo plano cuando el paciente te explica el motivo de consulta como es el vaginismo, es decir, la imposibilidad de llevar a cabo una penetración vía vaginal, ya sea durante el encuentro sexual o, por ejemplo, al realizar una revisión ginecológica, lo que va suponer un riesgo para su salud.
Pese a que el dolor dentro de las relaciones sexuales puede experimentarse tanto por parte de hombres como de mujeres, es este último colectivo el que mayor incidencia presenta. A ello se le une que los porcentajes de depresión y ansiedad son mayores a nivel femenino. Así mismo, etapas donde existe una mayor fluctuación hormonal como el posparto o la menopausia son situaciones que van a afectar en el ámbito psicológico y fisiológico de la persona y, como consecuencia, en el placer que pueden experimentar dentro de su sexualidad.
Existen diversos cuestionarios validados, entre los que destaca el Female Sexual Function Index (FSFI), que pueden ser de gran ayuda para poder, pese a no dedicarnos al campo de la fisiosexología, derivar y abordar al paciente en conjunto con otros profesionales especializados en el tratamiento de patologías sexuales.
Verbalizarlo con el paciente y trabajar de manera conjunta con otras especialidades dentro y fuera de la fisioterapia nos llevará hacia una mejora de todas las diferentes esferas donde el dolor está presente.
Maria Eugenia Rodríguez Sánchez
Fisioterapeuta
Miembro del Grupo de Investigación en Dolor Musculoesquelético y Control Motor de la Universidad Europea
Bibliografía
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Sánchez-Sánchez B, Navarro-Brazález B, Arranz-Martín B, Sánchez-Méndez Ó, de la Rosa-Díaz I, Torres-Lacomba M. The Female Sexual Function Index: Transculturally Adaptation and Psychometric Validation in Spanish Women. Int J Environ Res Public Health. 2020 Feb 5;17(3):994. doi: 10.3390/ijerph17030994. Erratum in: Int J Environ Res Public Health. 2020 Jun 17;17(12): PMID: 32033334; PMCID: PMC7037847.

