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Lipedema. Una enfermedad del siglo XXI aún por descubrir

By junio 4, 2024marzo 28th, 2025No Comments

Y es que no fue hasta mayo del año 2018, cuando la OMS reconoce el lipedema o lipoedema como enfermedad, a partir de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), se incluye con el nombre de “lipoedema”, dentro del capítulo de patología cutánea, como enfermedad del tejido subcutáneo [11]. Estamos así ante una nueva enfermedad, una patología descrita como tal en pleno siglo XXI, dando algunas respuestas a muchas personas que la padecían y que ahora en la actualidad son diagnosticadas. Por otro lado, generando un sinfín de preguntas a los profesionales de las Ciencias de la Salud que luchan por ayudar de la mejor manera posible a sus pacientes, entre la incertidumbre y la experiencia clínica previa de “colegas” del área, ya que, hasta el momento, la evidencia científica acerca de su abordaje es sumamente pobre. 

Como es de suponer, que la enfermedad no fuera designada como tal hasta la fecha anteriormente comentada, no conlleva que fuera estudiada desde hace un tiempo atrás. Nos tenemos que remontar al siglo pasado, siendo descrita inicialmente en 1940 y, posteriormente, en 1951 (Wold, Hines, respectivamente). El lipedema o lipoedema se definía así como una alteración o trastorno crónico que cursa con aumento del tejido graso, especialmente de las extremidades inferiores, de modo bilateral y simétrico. Estos últimos dos datos servirán a modo de diagnóstico diferencial con otra patología algo más conocida, el linfedema, siendo erróneamente señalada en muchas ocasiones como culpable en primeras valoraciones médicas, junto a la obesidad. 

Se le presupone una dependencia estrogénica, teniendo en cuenta su aparición en la pubertad y que puede agravarse en el embarazo y/o la menopausia. Solo se han descrito dos casos en hombre, coincidiendo con hipogonadismo y cirrosis hepática (Chen SG, 2004; Langendoen, 2009). Además, se han descrito casos familiares en un 15 a 64% (Halk, 2017). 

Tabla extraída de Documento de Consenso Lipedema, 2019 

CLASIFICACIÓN Y DIAGNÓSTICO

       En cuanto a la clasificación o tipos de lipedema, no existe un consenso definitivo en la comunidad médica en lo que a esto se refiere, que incluya criterios médicos que puedan ser cuantificados y permitan un análisis objetivo de los resultados terapéuticos. Así, por ejemplo, Schingale (2003) y Meier-Vollrath (2007) establecen 5 tipos de lipedema, atendiendo según localización del tejido adiposo. Por otro lado, ambos autores en el año 2004, hablan de 3 estadios del lipedema según los cambios que se producen a nivel cutáneo y en la palpación [1].  

Imagen extraída de Limfacall (Asociación Catalana de afectados de linfedema y lipedema.

En cuanto al diagnóstico, el lipedema es esencialmente clínico, y generalmente no son necesarios métodos complementarios. Aun así, Marschall M y Schwahn-Schreiber L (2011) proponen una clasificación de la gravedad de lipedema siguiendo unos criterios ecográficos. Es la única clasificación basada en criterios ecográficos que aporta datos objetivos sobre el espesor del panículo adiposo a nivel infrapatelar. Proponen 4 grados en función del espesor de la hipodermis, medido con ecografía en un punto localizado 6-8 cm por encima del maleolo medial, siendo el grosor de la piel en sujetos sanos, de 2,1 mm. Esta clasificación aporta datos objetivos, que, sumados a la anamnesis e historia clínica, permitirá precisar la gravedad del lipedema, pudiendo emplearse tanto en el seguimiento como en la valoración de la respuesta a los tratamientos [1].

• 12-15 mm: lipedema leve

• 15-20 mm: lipedema moderado

• > 20 mm: lipedema severo

• > 30 mm: lipedema grave

La ecografía se postula así como la técnica de diagnóstico no invasiva de  primera  elección para el diagnóstico clínico [8]

SÍNTOMAS Y COMPLICACIONES

Entre los síntomas que describen las pacientes destacan el dolor permanente en la zona afectada, un aumento de la sensibilidad a la presión y/o estímulos térmicos en las extremidades inferiores, fibrosis en el tejido cutáneo, sensaciones anómalas (pesadez, tirantez, picor…) y un aumento de la fragilidad vascular (hematomas) [2].

Por otro lado, en cuanto a lo estético se refiere, sobresalen el aumento desproporcionado del volumen de la zona afectada (simétrico y que describen como “esponjoso”) y en ocasiones la aparición de la copa de Cuff, nombre que se da comúnmente a la forma que adquiere la pierna cuando el volumen graso empieza a acumularse justo encima de los tobillos.

Una de las complicaciones más relevantes y, que se puede llegar a dar en estadios avanzados, es el denominado como “lipolinfedema”, causado por la presión que ejerce el propio lipedema sobre los vasos linfáticos, agravándose de este modo la sintomatología asociada.

Además, es importante señalar que los síntomas del lipedema afectan negativamente a la vida diaria y rara vez mejoran con la pérdida de peso. De este modo, la calidad de vida en estas pacientes está gravemente reducida, llegándose a informar signos de depresión en algunos casos [5].

TRATAMIENTO CONSERVADOR Y QUIRÚRGICO

Es aquí donde la fisioterapia parece tener un papel transcendental, en lo que al manejo de la sintomatología se refiere. Si bien es cierto que aún queda mucho terreno por explorar y evidenciar, tratamientos como el vendaje multicapa previo a la prescripción de prendas médicas de compresión, unido al ejercicio aeróbico y/o acuático, demuestran una efectividad importante en la reducción del dolor. La terapia descongestiva compleja (CDT) parece ser útil en un menor número de pacientes, al centrarse estas técnicas en el drenaje linfático, no observándose en este caso una mejora del tejido adiposo afecto. Todo esto, irá estrechamente de la mano del dietista-nutricionista, encargado de lograr un control del IMC del paciente y mantenerlo en los niveles óptimos. 

Finalmente, aquellas pacientes que no respondieran al tratamiento conservador, se postularían como candidatas a una intervención quirúrgica, con el objetivo de recudir su sintomatología y, en definitiva, mejorar su calidad de vida. Entre los abordajes de elección actualmente, destacarían:

  • Liposucción tumescente, supratumescente o WAL (Water Assisted Liposuction), mientras que las liposucciones asistidas con láser o con ultrasonidos deberían evitarse.
  • Dermolipectomía. Más invasiva que la liposucción, se aplica solo a casos de limitaciones de movilidad importantes [10].

En conclusión, el lipedema continúa siendo una enfermedad desconocida no solo en la población en general, sino también, y lo que es más alarmante, entre los profesionales de la salud. Existen muchas incógnitas por resolver, en definitiva, muchas pacientes que aguardan con desespero profesionales que arrojen algo más de luz y soluciones a sus dolores e inquietudes. Necesitan mejorar su calidad de vida, pronto. 

David Velasco Borges

Miembro del Grupo de Investigación en Dolor Musculoesquelético y Control Motor.

Bibliografía

  1. Alcolea J, Rio-Gonzalez A, Villarino Marín A, Novoa Rodriguez M. Documento de Consenso Lipedema 2019. Zenodo; 2019.
  • Aksoy, H., Karadag, A. S., & Wollina, U. (2021). Cause and management of lipedema-associated pain. Dermatologic therapy, 34(1), e14364. https://doi.org/10.1111/dth.14364
  • Dudek, J. E., Białaszek, W., & Gabriel, M. (2021). Quality of life, its factors, and sociodemographic characteristics of Polish women with lipedema. BMC Women’s Health, 21(1), 27. https://doi.org/10.1186/s12905-021-01174-y
  • Esmer M, Schingale FJ, Unal D, Yazıcı MV, Güzel NA. Physiotherapy and rehabilitation applications in lipedema management: A literature review. Lymphology. 2020;53(2):88-95. PMID: 33190432.
  • Forner-Cordero, I., Forner-Cordero, A., & Szolnoky, G. (2021). Update in the management of lipedema. International angiology : a journal of the International Union of Angiology, 40(4), 345–357. https://doi.org/10.23736/S0392-9590.21.04604-6
  • Herbst, K. L., Kahn, L. A., Iker, E., Ehrlich, C., Wright, T., McHutchison, L., Schwartz, J., Sleigh, M., Donahue, P. M., Lisson, K. H., Faris, T., Miller, J., Lontok, E., Schwartz, M. S., Dean, S. M., Bartholomew, J. R., Armour, P., Correa-Perez, M., Pennings, N., Wallace, E. L., … Larson, E. (2021). Standard of care for lipedema in the United States. Phlebology, 36(10), 779–796.
  1. Peprah K, MacDougall D. Liposuction for the Treatment of Lipedema: A Review of Clinical Effectiveness and Guidelines. Ottawa (ON): Canadian Agency for Drugs and Technologies in Health; 2019 Jun 7. PMID: 31479212.
  1. Romeijn, J. R. M., de Rooij, M. J. M., Janssen, L., & Martens, H. (2018). Exploration of patient characteristics and quality of life in patients with lipoedema using a survey. Dermatology and Therapy, 8(2), 303–311. https://doi.org/10.1007/s13555-018-0241-6
  1. WHO. ICD‑11, International Classification of Diseases for Mortality and Morbidity Statistics. 11th Revision. 2019. https://icd.who.int/​icd11refguide/en/index.html
  1. Wold LE, Hines EA Jr, Allen EV. Lipedema of the legs; a syndrome characterized by fat legs and edema.Ann Intern Med. 1951; 34(5):1243‑1250. https://doi.org/10.7326/0003-4819-34-5-1243

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